Todo Cambia

Érase una vez que mientras Albert Einstein estaba enseñando en la Universidad de Princeton aplicó un examen a una clase avanzada de estudian...

miércoles, 15 de febrero de 2012

del libro de tus zonas sagrada (Wayne Dyer)

ALGUNAS IDEAS PARA TRAER A SU VIDA EL AMOR


• Haga una copia de este pasaje de Hojas de hierba de Walt Whitman. Pèguela al espejo y léalo cada mañana. Le ayudará a abrirse al amor que busca y a exorcizar los miedos.
Existo como soy, con eso basta.
Si nadie más en el mundo lo sabe, permanezco sentado, contento,y si cada uno y todos lo saben, permanezco sentado, contento.
Un mundo lo sabe, y para mí es con mucho el más grande,


y ése soy yo mismo, Y si recibo el reconocimiento boy o en diez mil

o diez millones de años,

puedo recibirlo ahora con alegría, o con igual alegría, puedo esperar.

• Recuerde que Dios le creó con un amor que es inmutable y eterno. Su

cuerpo está cambiando, al igual que su mente, así que usted no es ni

su cuerpo ni su mente. Usted fue creado como espíritu de puro amor.

No se aparte de ello.

Al reconocer y afirmar esto cada día, perderá su miedo a ser indig¬no e incompleto. El mero hecho de recordar de modo constante la afir¬mación de que es una creación de Dios, ahuyentará los miedos.

• Perdónese y déle la bienvenida al amor. Cuando usted llega a hacer

esto, se produce una especie de equilibrio. En lugar de sintonizar con

la culpabilidad, uno se entrega al júbilo y la ayuda. Usted comenzará a

llevar a cabo la tarea por la que originalmente llegó aquí.

• Fíjese en los actos de bondad de otras personas y no en sus malas accio-¬

nes. Así es como le ve el ser superior. Todos somos almas buenas, aman¬

tes, que en ocasiones se pierden. Cuando usted llega a centrarse en lo

bueno de otra persona y retenerlo en la mente, está actuando según su

yo superior. Esto puede ayudarle a disipar el miedo y el enojo.

• Recuerde lo mucho que tiene para entregar, y lo precioso y valioso que es

lo que entrega. Por su interior corre la misma energía que permite mo-¬

verse a los planetas, el movimiento de rotación de la Tierra, germinar a

las semillas, y a las flores abrirse. No hay un Dios distinto. Existe una

sola inteligencia universal que fluye a través de todos nosotros.

Es la energía del amor. Recuerde eso cada vez que dude de que es una criatura divina. Afírmese que es divino, que ama y es amado y que no se dejará presionar por su ego. Recuerde que a través de usted fluye la misma energía que fluyó a través de Jesucristo y Buda. Esto debería servirle cada vez que sienta que su ego furtivamente trata de implantar en su mente miedos y dudas.
• Demuéstreles a los demás que los ataques verbales son insignificantes.


No les entregue a otros su energía discutiendo con ellos. Limítese a pa-

sar de largo cuando otros intentan que se sienta culpable.

Tenga la seguridad de que ha regresado de las tinieblas a la luz y que està permitiendo que su yo más luminoso le muestre el camino. Admita que antes le gobernó el ego, pero que ya no es así. Si otras per¬sonas continúan insistiendo en que debería sentirse culpable, nièguese a hacerlo.

• Acepte que usted es digno de aprecio tal como es. Cuando su ego co¬

mience a intentar que usted sienta miedo, diga con lentitud: «¡Yo soy

digno de aprecio!». No necesita ser nada que no es. No necesita de¬

mostrar lo que vale. No necesita consentir que su ego le imbuya de

miedos para mantener alejado a su verdadero yo.

• Reconozca ante usted mismo cómo se ha dejado guiar por su falso yo, y el

hecho de que ahora ha elegido una guía diferente. Con el yo superior como

su nuevo guía, puede Alcanzar su meta y relajarse. Ya no tiene que de¬

mostrar quién es, sino que puede comenzar a recorrer la senda del

amor.

Esta atmósfera interior borrará los pensamientos enjuiciadores que antes fueron sembrados y alimentados por el ego. En lugar de sentirse asustado u ofendido, como sugiere el ego, penétrese de amor y de com¬prensión. De ese modo, no le será dable pensar que es mejor, más inte-ligente o tiene más suerte que otros.

• Acepte el riesgo de la intimidad siempre que le sea posible. Cuéntele

cómo se siente a alguien por quien sienta afecto, aunque esté presente

el miedo. ¡Hágalo! Al emprender esta acción contra su miedo a la inti-¬

midad, invita a su yo superior, a su amorosa esencia divina, a reempla¬

zar las tácticas del ego.

Acèquese y arrièsguese a decir cuánto ama y aprecia a alguien. Dí¬gale a esa persona que está dispuesto a ser vulnerable para conocerla mejor. Esta forma sincera de expresarse puede vencer el miedo a la inti¬midad. Recurra a cualquier medio para expresar amor, e intente hacer caso omiso del vehículo de expresión. Lo que cuenta es la sustancia de lo que usted es y siente, no el vehículo que emplee.

• Si esos miedos comienzan a regresar, deténgase y formúlese la pregunta
que antes planteé: «Así pues, ¿qué debe no gustarme?».

No puede tener un pasado mejor, así que abandone la idea ahora mismo. Hizo lo que sabía hacer. Esos errores de su pasado estuvieron dirigidos por el ego, que quería tenerle en su poder. Escuchó a su falso yo y retrocedió con miedo ante la idea de que alguien conociera su ver¬dadero yo.


Se apartó del amor, pero ahora ha regresado y ha escogido el amor. En lo profundo de usted sabe que fue concebido para el amor y la feli¬cidad. Sencillamente permitió que su falso yo le alejara del divino amor que es su esencia.

Puede elegir el regreso a la brillante luz del amor que siempre se encuentra con usted. Usted es ese límpido amor. Acuda allí con fre¬cuencia y todos sus temores serán reemplazados por ese amor que siem¬pre le acompaña.

Deje que sus pensamientos se asienten en el amor, y que sus accio¬nes se originen en este amor. Esa es la realización de su yo superior. Es el cumplimiento de su búsqueda espiritual. En verdad puede tomar la decisión de librarse del miedo y la duda.

¡No existe libertad más grande!

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