Todo Cambia

Érase una vez que mientras Albert Einstein estaba enseñando en la Universidad de Princeton aplicó un examen a una clase avanzada de estudian...

jueves, 18 de octubre de 2018

LAS ASUNCIONES SE REALIZAN CON HECHOS (NEVILLE GODDARD)

Esta Biblia nuestra no tiene nada que ver con la historia. Algunos de vosotros podéis estar
aún inclinados esta noche a creer eso, aunque nosotros podamos darle una interpretación
psicológica, se la podría dejar aún en su forma presente y ser interpretada literalmente.
No podéis hacer eso. La Biblia no hace referencia en absoluto a gente o sucesos como os
han enseñado a creer. Cuanto más pronto comencéis a borrar ese cuadro mejor.
Vamos a tomar unas cuantas historias esta noche, y de nuevo os voy a recordar que
debéis representar todas estas historias dentro de vuestra propia mente.
Ten en cuenta que aunque parezcan ser historias de gente totalmente despierta, el drama
es realmente entre tú, el dormido, el tú más profundo y el tú consciente despierto. Son
personificados como gente, pero cuando vas al punto de aplicación debes recordar la
importancia del estado de  somnolencia.
Toda creación, como decíamos la noche anterior, tiene lugar en el estado de sueño, o en
ese estado próximo al sueño – el estado de somnolencia.
Dijimos la noche anterior que el primer hombre aún no ha despertado. Tú eres Adán, el
primer hombre, aún en el sueño profundo. El tú creativo es el tú cuatridimensional cuyo
hogar es simplemente el estado al que entras cuando los hombres te llaman dormido.

Nuestra primera historia para esta noche se encuentra en el Evangelio de Juan. Mientras
lo oyes desarrollarse ante ti, quiero que lo compares en el ojo de tu mente con la historia
que oíste la noche anterior del libro del Génesis. El primer libro de la Biblia, el libro del
Génesis, afirman los historiadores que es la recopilación de sucesos que ocurrieron en la
tierra unos 3000 años antes de los recogidos en el libro de Juan. Te pido que seas
racional sobre esto y ver si no piensas que el mismo escritor podría haber escrito ambas
historias. Juzga si el mismo hombre inspirado no podría haber contado la misma historia y
contarla de manera diferente.
Esta es una historia muy conocida, la historia del juicio de Jesús. En este Evangelio de
Juan se recoge que Jesús fue llevado ante Poncio Pilato y la multitud clamaba por su
vida, querían a Jesús. Pilato se volvió hacia ellos y dijo:

“Pero vosotros tenéis una costumbre, que yo debería soltaros a uno en la Pascua;
¿Queréis pues que os suelte al Rey de los Judíos? Entonces gritaron todos otra vez,
diciendo, a ése no, sino a Barrabás. Y Barrabás era un ladrón.” Juan 18:39, 40
Se os ha dicho que Pilatos no tenía elección en la cuestión, él era sólo un juez
interpretando la ley, y esa era la ley. Al pueblo se le tenía que dar al que ellos pedían.
Pilatos no podía soltar a Jesús contra los deseos de la multitud, y así soltó a Barrabás y les
dio a Jesús para ser crucificado.
Ahora tened en cuenta que vuestra conciencia es Dios. No hay otro Dios. Y se os ha
dicho
que Dios tiene un hijo cuyo nombre es Jesús. Si te tomas la molestia de mirar la palabra
Barrabás en tu concordancia, verás que es una contracción de dos palabras hebreas:
BAR, que significa una hija o hijo – o niño, y ABBA, que significa padre. Barabbas es el
hijo del gran padre. Y Jesús en la historia es llamado el Salvador, el Hijo del Padre.
Tenemos dos hijos en esta historia. Y tenemos dos hijos en la historia de Esaú y Jacob.
Ten en cuenta que Isaac era ciego, y la justicia para ser verdadera debe tener los ojos
vendados. Aunque en este caso Pilato no está físicamente ciego, el papel dado a Pilato
implica que es ciego porque es un juez. En todos los grandes edificios de la ley del mundo
vemos a la mujer o al hombre que representa a la justicia con los ojos vendados.
“Juzga no según las apariencias, sino juzga con juicio justo.” Juan 7:24.
Aquí encontramos que Pilato está haciendo el mismo papel que Isaac. Hay dos hijos.
Todos los personajes como aparecen en esta historia pueden aplicarse a tu propia vida.
Tú tienes un hijo que está robándote en este mismo momento lo que tú podrías ser.
Si vienes a esta reunión esta noche consciente de querer algo, deseando algo, tú andas

en compañía de Barrabás.
Pero desear es confesar que ahora no posees lo que deseas, y como todas las cosas son
tuyas, te robas a tí mismo por vivir en el estado de deseo. Mi salvador es mi deseo.
Cuando quiero algo estoy mirando a los ojos de mi salvador. Pero si sigo queriéndolo,
niego a mi Jesús, mi salvador, pues cuando yo quiero confieso que yo no soy y “excepto
si creéis que YO SOY Él moriréis en vuestros pecados.” No puedo tener y seguir
deseando aún lo que tengo. Puedo disfrutarlo, pero no puedo seguir queriéndolo.
He aquí la historia. Es la fiesta de la Pascua (Paso). Algo va a cambiar justo ahora, algo
va a pasar. El hombre es incapaz de pasar de un estado de conciencia a otro a menos
que se libere de la conciencia que tiene ahora, pues ella le ancla donde está
de Aries, pero eso no significa nada para la verdadera Pascua mística. Para celebrar la
fiesta de la Pascua, la fiesta psicológica, yo paso de un estado de conciencia a otro. Lo
hago soltando a Barrabás, el ladrón y atracador que me roba ese estado que yo podría
encarnar dentro de mi mundo.
El estado que busco encarnar es personificado en la historia como Jesús el Salvador. Si
me convierto en lo que quiero ser entonces soy salvado de lo que era. Si no me convierto
en ello, continúo teniendo encerrado dentro de mí un ladrón que me roba ser lo que
podría ser.
Esas historias no hacen referencia a ninguna de las personas que vivían ni a ningún
suceso que nunca ocurriera en la tierra. Esos personajes son personajes eternos en la
mente de cada hombre en el mundo. Tú y yo mantenemos perpetuamente vivos a
Barrabás o a Jesús. Tú sabes en cada momento a quién estás albergando.
No condenes a una multitud por clamar que deberían soltar a Barrabás y crucificar a
Jesús. No es una multitud de gente llamados judíos. Ellos no tienen nada que ver con
eso.
Si somos sabios, nosotros también deberíamos clamar por soltar ese estado de mente
que nos limita ser lo que queremos ser, que nos restringe, que no nos permite
convertirnos en el ideal que buscamos y nos esforzamos por alcanzar en este mundo.
No estoy diciendo que no estás esta noche encarnando a Jesús. Sólo te recuerdo que si
en este mismo momento tienes una ambición insatisfecha, entonces estás manteniendo
eso que niega el cumplimiento de la ambición, y eso que lo niega es Barrabás.
Para explicar la transformación mística y psicológica conocida como la Pascua, o el cruce,
debes identificarte ahora con el ideal que tú querrías servir, y debes permanecer fiel al
ideal. Si permaneces fiel a él, no sólo lo crucificas por tu fidelidad, sino que lo resucitas sin
ayuda de nadie.
Según continúa la historia, nadie se levantaría suficientemente temprano para hacer rodar
la piedra. Sin ayuda de nadie la piedra fue quitada, y el que aparentemente estaba muerto
y enterrado fue resucitado sin ayuda de nadie.
Andas en la conciencia de ser lo que quieres ser, nadie lo ve aún, pero no necesitas a
nadie para hacer rodar los problemas y obstáculos de la vida para expresar lo que eres
consciente de ser. Ese estado tiene su propia única manera de encarnarse en este
mundo, de hacerse carne que el mundo entero pueda tocarla.
Ahora puedes ver la relación entre la historia de Jesús y la historia de Isaac y sus dos
hijos, donde uno sustituyó al otro, donde uno fue llamado el Suplantador del otro. ¿Por
qué pensáis que los que recopilaron los sesenta y tantos libros de nuestra Biblia hicieron
a Jacob el primer padre de Jesús?
Ello tomaron a Jacob, que fue llamado el Suplantador, y lo hicieron padre de doce, luego
tomaron a Judas o alabanza, el quinto hijo y le hicieron el primer padre de José, quien se
supone haber sido padre de alguna extraña manera de este llamado Jesús. Jesús debe
suplantar a Barrabás como Jacob debe suplantar y tomar el lugar de Esaú.
Esta noche tú puedes estar sentado aquí mismo y conducir el juicio de tus dos hijos, uno
de los cuales quieres soltar. Te puedes convertir en la multitud que clama por la liberación
del ladrón, y el juez que voluntariamente suelta a Barrabás, y sentencia a Jesús a ocupar
su lugar. El fue crucificado en el Gólgota, el lugar de la calavera, el asiento de la
imaginación.
Para experimentar la Pascua o paso del viejo al nuevo concepto de tí mismo, debes soltar
a Barrabás, tu presente concepto de tí mismo, el cual te roba ser el que podrías ser, y
debes asumir el nuevo concepto que deseas expresar.
La mejor manera de hacer eso es concentrar tu atención en la idea de identificarte con tu
ideal. Asume que eres ya lo que buscas y tu asunción, aunque falsa, si es sostenida, se
materializará en hecho.
Tú sabrás cuando has conseguido soltar a Barrabás, tu viejo concepto de tí mismo, y
cuando has crucificado exitosamente a Jesús, o fijado el nuevo concepto de tí mismo,
simplemente mirando MENTALMENTE a la gente que conoces. Si los ves como
anteriormente los veías, no has cambiado tu concepto de tí mismo, pues todo cambio de
concepto de uno mismo resulta una relación modificada con tu mundo.
Siempre parecemos a los demás una encarnación del ideal que nosotros inspiramos. Por
lo tanto, en la meditación, debemos imaginar que los demás nos ven como nos verían si
fuéramos lo que deseamos ser.
Puedes soltar a Barrabás y crucificar y resucitar a Jesús si primero defines tu ideal. Luego
relájate en un cómodo sillón, induce un estado de conciencia próximo al sueño y
experimenta en la imaginación lo que experimentarías en la realidad si ya fueras lo que
deseas ser.
Por este sencillo método de experimentar en la imaginación lo que experimentarías en la
carne si fueras la encarnación del ideal que tú sirves, sueltas a Barrabás que te roba tu
grandeza, y crucificas y resucitas a tu salvador, o el ideal que deseabas expresar.
Ahora volvamos a la historia de Jesús en el jardín de Getsemaní. Ten en cuenta que un
jardín es una parcela apropiadamente preparada de tierra, no es un baldío. Tú has
preparado esa tierra llamada Getsemaní viniendo aquí y estudiando y haciendo algo por
tu mente. Emplea un tiempo diariamente en preparar tu mente leyendo buena literatura,
oyendobuena música y entrando en conversaciones que ennoblecen.
Se nos dijo en las Epístolas, “Cualquier cosa que sea verdad, cualquier cosa que sea
honesta, cualquier cosa que sea justa, cualquier cosa que sea pura, cualquier cosa que
sea amable, cualquier cosa que sea de buena relación; si hay alguna virtud, y si hay
alguna alabanza, piensa en esas cosas.” Fil. 4:8
Continuando con nuestra historia, como se dice en el capítulo 18 de Juan, Jesús está en
el jardín y de pronto una multitud empieza a buscarle. El está allí de pie en la oscuridad y
dice, “¿A quién buscáis?”
El portavoz llamado Judas responde y dice, “Buscamos a Jesús de Nazaret.”
Una voz responde, “Yo soy Él.”
En ese instante todos ellos caen a tierra, miles de ellos caídos. Esto en sí mismo debería
detenerte justo aquí y hacerte saber que esto no puede ser un drama físico, porque nadie
puede ser tan atrevido en su declaración de que él es el que buscan, que pueda hacer
que miles de los que le buscan caigan a tierra.
Pero la historia nos dice que todos ellos cayeron a tierra. Luego, cuando recuperaron su
compostura preguntaron lo mismo.
“Jesús respondió, os he dicho que yo soy Él: si mesi me buscáis a mí por tanto, dejad a estos
seguir su camino.” Juan 18:8.
“Entonces le dijo Jesús, lo que haces hazlo rápidamente.” Juan 13:27
Judas, quien tiene que hacerlo rápidamente, sale y se suicida.
Ahora al drama. Tú estás en tu jardín de Getsemaní o mente preparada si puedes,
mientras estás en un estado próximo al sueño, controlas tu atención y no la dejes vagar
fuera de su propósito. Si puedes hacer eso estás definitivamente en el jardín.
Muy poca gente puede sentarse tranquilamente y no entrar en una ensoñación o en un
estado de pensamiento incontrolado. Cuando puedes restringir la actividad mental y
permanecer fiel a tu observación, no permitiendo que tu atención vague por todo el lugar,
sino manteniéndola sin esfuerzo dentro de un campo limitado de presentación para el
estado que estás contemplando, entonces eres definitivamente esa presencia disciplinada
en el jardín de Getsemaní.
El suicidio de Judas es nada más que cambiar tu concepto de tí mismo. Cuando tú sabes
lo que quieres ser has encontrado a tu Jesús o salvador. Cuando asumes que eres lo que
quieres ser has muerto a tu anterior concepto de tí mismo (Judas se ha suicidado) y estás
ahora viviendo como Jesús. Tú puedes llegar a voluntad a estar despegado del mundo
que te rodea, y apegado a lo que quieres encarnar dentro de tu mundo.
Ahora que me has encontrado, ahora que has encontrado al que te podría salvar de lo
que eres, deja ir al que eres y todo lo que representa en el mundo. Despégate
completamente de él. En otras palabras, sal y suicídate.
Completamente mueres a lo que antes expresabas en este mundo, y completamente
vives ahora a lo que nadie vio como cierto de tí antes. Es como si hubieras muerto por tu
propia mano, como si te hubieras suicidado. Tomaste tu propia vida habiéndote
despegado en consciencia de lo que antes mantenías vivo, y has empezado a vivir a lo
que has descubierto en tu jardín. Has encontrado a tu salvador.
No hay hombres caídos, ni un hombre traicionando a otro, sino tú despegando tu
atención, y re enfocándola en una dirección enteramente nueva. A partir de este momento
andas como si fueras el que anteriormente querías ser. Permaneciendo fiel a tu nuevo
concepto de ti mismo, mueres o te suicidas. Nadie te quitó tu vida, la entregaste tú mismo.
Debes ser capaz de ver la relación de esto con la muerte de Moisés, que murió tan
completamente que nadie pudo encontrar dónde fue enterrado. Debes ver la relación con
la muerte de Judas. Él no es un hombre que traicionó a un hombre llamado Jesús.
La palabra Judas es alabanza; esto es Judah, alabar, dar gracias, explotar de alegría. No
explotas de alegría a menos que estés identificado con el ideal que tú buscas y quieres
encarnar en este mundo. Cuando consigues identificarte con el estado que contemplas no
puedes reprimir tu alegría. Surge como el fragante olor descrito como Jericó en el Antiguo
Testamento.
Estoy intentando demostrarte que los antiguos contaron la misma historia en todas las
historias de la Biblia. Todo lo que están tratando de decirnos es cómo convertirnos en el
que queremos ser. Y ello implica en cada historia que no necesitamos la ayuda de otro. Tú
no necesitas a otro para convertirte ahora en lo que realmente quieres ser.
**************
Ahora pasamos a una extraña historia del Antiguo Testamento; una que muy pocos
sacerdotes y rabinos serán suficientemente atrevidos para mencionarla desde sus
púlpitos. Hay uno que va a recibir la promesa como tú ahora la recibes. Su nombre es
Jesús, sólo que los antiguos le llamaban Josué, Jehoshua Ben Nun, o salvador, hijo del
pez, el Salvador del gran abismo. Nun significa pez, y pez es el elemento del abismo, el
profundo océano. Jehoshua significa Jehovah salva, y Ben significa la descendencia o hijo
de. Así él fue llamado el que trajo la era del pez.
Esta historia está en el 6º libro de la Biblia, el libro de Josué. Una promesa es hecha a
Josué como es hecha a Jesús en la forma anglicanizada en los evangelios de Mateo,
Marcos, Lucas y Juan.
En el evangelio de Juan, Jesús dice, “Todas las cosas que me diste son de tí.” Juan 17:7.
“Y todas las mías son tuyas, y las tuyas son mías.” Juan 17:10
En el Antiguo Testamento, en el libro de Josué, es dicho con estas palabras: “Cada lugar
sobre el que la planta de tu pie pise, yo os lo he dado.” Josué 1:3
No importa dónde sea; analiza la promesa y ve si puedes aceptarla literalmente. No es
físicamente cierta sino psicológicamente cierta. Dondequiera que puedas estar en este
mundo mentalmente tú lo puedes realizar.
Josué está obsesionado por esta promesa de que dondequiera que él pueda poner su pie
(el pie es entendimiento), dondequiera que la planta de su pie pise, eso le será dado. El
quiere el estado más deseable en el mundo, la fragante ciudad, el delicioso estado
llamado Jericó.
Se encuentra bloqueado por los inaccesibles muros de Jericó. Él está afuera, como tú
ahora estás afuera. Tú estás funcionando tridimensionalmente y pareces no poder
alcanzar el mundo cuatridimensional donde tu deseo presente es ya una concreta realidad
objetiva. Pareces no poder alcanzarlo porque tus sentidos te bloquean de ello. La razón te
dice que eso es imposible, todas las cosas a tu alrededor te dicen que eso no es cierto.
Ahora tú empleas los servicios de una ramera y espía, y su nombre es Rahab. La palabra
Rahab simplemente significa el espíritu del padre. RACE significa el aliento del espíritu, y
AB el padre. De ahí encontramos que esta ramera es el espíritu del padre y el padre es la
conciencia de ser consciente del hombre, la YO SOYdad del hombre, la consciencia del
hombre.
Tu capacidad para sentir es el gran espíritu del padre, y esa capacidad es Rahab en esta
historia. Ella tiene dos profesiones, la de espía y la de ramera.
La profesión de espía es: viajar secretamente, viajar tan discretamente que no puedas ser
detectado. No hay un solo espía físico en este mundo que pueda viajar tan discretamente
que no pueda ser visto en absoluto por los demás. Puede ser muy sabio en ocultar sus
caminos, y puede no ser nunca verdaderamente apresado, pero a cada momento corre el
riesgo de ser detectado.
Cuando estás sentado tranquilamente con tus pensamientos, no hay nadie en el mundo
tan sabio que pueda mirarte y decirte dónde estás habitando mentalmente.
Yo puedo estar aquí y situarme en Londres. Conociendo Londres bastante bien, puedo
cerrar los ojos y asumir que estoy de hecho en Londres. Si permanezco dentro de este
estado el tiempo suficiente seré capaz de rodearme del entorno de Londres como si fuera
un hecho objetivo concreto sólido.
Físicamente aún estoy aquí, pero mentalmente estoy a miles de millas y he hecho que el
otro lugar esté aquí. No voy allí como un espía, mentalmente hago que el otro lugar esté
aquí y que luego sea ahora. Tú no puedes verme habitar allí, así que piensas que sólo he
ido en sueños y que aún estoy aquí en este mundo, este mundo tridimensional que es
ahora San Francisco. En lo que a mí respecta físicamente, estoy aquí pero nadie puede
decirme dónde estoy cuando entro en el momento de meditación.
La otra profesión de Rahab era la de ramera, que es conceder a los hombres lo que pidan
de ella sin cuestionar el derecho del hombre a pedir. Si es una absoluta ramera, como su
nombre implica, entonces posee todo y puede conceder todo lo que el hombre pida de
ella. Ella está ahí para servir, y no para cuestionar el derecho del hombre a buscar lo que
él busca de ella.
Tienes dentro de tí la capacidad para apropiarte de un estado sin saber los medios que
serán empleados para realizar ese fin y tú asumes la sensación del deseo cumplido sin
tener ninguno de los talentos que los hombres proclaman que debes poseer para hacer
eso. Cuando te lo apropias en conciencia has empleado al espía, y porque puedes
encarnar ese estado dentro de tí mismo dándotelo efectivamente a tí mismo, eres la
ramera, pues la ramera satisface al hombre que la busca.
Tú puedes satisfacerte apropiándote la sensación de que eres lo que quieres ser. Y esta
asunción, aunque falsa, esto es, aunque la razón y los sentidos la nieguen, si se persiste
en ella, se materializará en hecho. Al encarnar realmente lo que has asumido que eres,
tienes la capacidad para satisfacerte completamente. A menos que se convierta en una
realidad tangible concreta no serás satisfecho; serás frustrado.
Se te dice en esta historia que cuando Rahab vino a la ciudad para conquistarla, la orden
que se le dio fue entrar en el corazón de la ciudad, el corazón de la materia, el centro
mismo de ella, y quedarse ahí hasta que yo llegue. No ir de casa en casa, no dejar la
habitación superior de la casa en la que entras. Si dejas la casa y hay sangre sobre tu
cabeza, es sobre tu cabeza. Pero si no dejas la casa y hay sangre, será sobre mi cabeza.
Rahab entra en la casa, sube al piso superior, y ahí permanece mientras los muros se
derrumban. Esto es, debemos mantener un alto estado de ánimo si queremos andar con

derrumban. Esto es, debemos mantener un alto estado de ánimo si queremos andar con
lo más alto. De una manera muy velada la historia te dice que cuando los muros se
desmoronaron y Josué entró, la única que fue salvada en la ciudad fue la espía y ramera
cuyo nombre era Rahab.
Esta historia cuenta lo que tú puedes hacer en este mundo. Nunca perderás la capacidad
para situarte en otra parte y convertirla en aquí. Nunca perderás la capacidad de darte lo
que seas suficientemente atrevido para apropiarte como verdad de tí mismo. Esto no tiene
nada que ver con la mujer que interpretó ese papel.
La explicación del derrumbamiento de los muros es sencilla. Se te dice que sopló la
trompeta siete veces y al séptimo toque los muros se desmoronaron y entró
victoriosamente en el estado que buscaba.
Siete es una quietud, un descanso, el Sabbath. Es el estado cuando el hombre está
completamente inconmovible en su convicción de que la cosa existe. Cuando puedo
asumir la sensación de mi deseo cumplido e ir a dormir despreocupado, inalterado, estoy
en descanso mentalmente, y estoy guardando el Sabbath o estoy tocando la trompeta
siete veces. Y cuando alcanzo ese punto los muros se derrumban. Las circunstancias se
alteran entonces remodelándose en armonía con mi asunción. Cuando se derrumban
resucito lo que me he apropiado interiormente. Los muros, los obstáculos, los problemas,
se derrumban por su propio peso si puedo alcanzar el punto de quietud dentro de mí.
El hombre que puede fijar dentro del ojo de su propia mente una idea, incluso aunque el
mundo la niegue, si permanece fiel a esa idea la verá manifestada. Hay toda la diferencia
del mundo entre sostener la idea y ser sostenido por una idea. Llegar a estar tan
dominado por una idea que obsesiona la mente como si tú fueras ella. Entonces,
independientemente de lo que los demás puedan decir, estás andando en la dirección de
tu actitud mental fija. Estás andando en la dirección de la idea que domina la mente.
para dar, y eres tú mismo. No hay otro regalo; debes sacarlo de tí mismo para
apropiártelo. Está ahí dentro de tí ahora pues la creación está acabada. No hay nada que
exista que no sea ahora. No hay nada para ser creado pues todas las cosas ya son tuyas,
están todas acabadas.
Aunque el hombre no sea capaz de estar físicamente en un estado, puede siempre estar
mentalmente en cualquier estado deseado. Por estar mentalmente quiero decir que tú
puedes ahora, en este mismo momento, cerrar tus ojos y visualizar otro lugar distinto al
presente, y asumir que estás efectivamente ahí. Puedes SENTIR eso tan real que al abrir
tus ojos te asombre descubrir que no estás físicamente ahí.
Este viaje mental al estado deseado, con su consiguiente sensación de realidad, es todo
lo necesario para llevar a cabo su cumplimiento. Tu Yo dimensionalmente más grande
tiene caminos que el menor, o tú tridimensional, no conoce. Más aún, para el tú más
grande todos los medios son buenos para promover el cumplimiento de tu asunción.
Permanece en el estado mental definido como tu objetivo hasta que tenga la sensación de
realidad, y todas las fuerzas del cielo y la tierra se apresurarán a ayudar a su encarnación.
Tu Yo más grande influirá las acciones y palabras de todos los que puedan ser utilizados
para ayudar a la producción de tu actitud mental fija.
*************
Ahora pasamos al libro de Números y aquí encontramos una extraña historia. Confío en
que alguno de vosotros haya tenido esta experiencia como se describe en el libro de
Números. Hablan de la construcción de un tabernáculo ordenada por Dios; que Dios
ordenó a Israel construirle un lugar de adoración.
Él les dio todas las especificaciones del tabernáculo. Tenía que ser un lugar de adoración
móvil alargado, y tenía que estar cubierto de piel. ¿Necesitas que te digan algo más? ¿No
es eso el hombre?
“¿No sabéis que sois el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros?” Cor.
3:16
No hay otro templo. No un templo hecho con las manos, sino un templo eterno en los
cielos. Este templo es alargado y está cubierto de piel, y se mueve a través del desierto
“Y el día que el tabernáculo fue levantado la nube cubrió el tabernáculo, es decir, la tienda
del testimonio: y por la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego,
hasta la mañana. Así era siempre: la nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de
noche.” Núm. 9:15, 16
La orden dada a Israel era detenerse hasta que la nube ascendía de día y el fuego de
noche. “Fueran dos días, o un mes, o un año, que la nube se detuviera sobre el
tabernáculo, permaneciendo ahí, los hijos de Israel moraban en sus tiendas, y no
viajaban: pero cuando se levantada, ellos viajaban.” Núm. 9:22
Sabes que tú eres el tabernáculo, pero puedes preguntarte qué es la nube. En meditación
muchos de vosotros debéis haberla visto. En meditación, esta nube, como las aguas
subterráneas de un pozo artesiano, salta espontáneamente a tu cabeza y forma anillos
dorados pulsátiles. Luego, como un suave río fluyen de tu cabeza en una corriente de
anillos de oro vivos.
En un estado de ánimo meditativo bordeando el sueño la nube asciende. Es en este
estado somnoliento en el que debes asumir que eres lo que deseas ser, y que tienes lo
que buscas, pues la nube asumirá la forma de tu asunción y creará un mundo en armonía
consigo misma. La nube es simplemente el ropaje de tu conciencia, y donde tu conciencia
sea colocada, ahí estarás tú en la carne también.
Esta nube dorada viene en meditación. Hay un cierto punto cuando estás llegando al
sueño en que es muy, muy espesa, muy líquida, y muy viva y pulsátil. Comienza a
ascender cuando alcanzas el estado meditativo somnoliento, bordeando el sueño. No desmontes el tabernáculo, ni lo muevas hasta que la nube empiece a ascender.
La nube siempre asciende cuando el hombre se acerca a la somnolencia del sueño. Pues
cuando un hombre se va a dormir, lo sepa o no, se desliza de un mundo tridimensional a
un mundo cuatridimensional y lo que está ascendiendo es la consciencia de ese hombre
en un enfoque más grande; es un enfoque cuatridimensional.
Lo que ahora ves ascender es tu yo más grande. Cuando empieza a ascender entras en
el estado efectivo de sentir que eres lo que quieres ser. Este es el momento en que te
arrullas en el estado de ánimo de ser lo que quieres ser, bien experimentando en la
imaginación lo que experimentarías en realidad si fueras ya lo que quieres ser, o bien
repitiendo una y otra vez la frase que implique que has hecho ya lo que querías hacer.
Una frase como, “¿No es maravilloso, no es maravilloso?”, como si algo maravilloso te
hubiera sucedido.
“En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los
hombres, adormeciéndolos sobre el lecho. Entonces él abre los oídos de los hombres, y
les señala su instrucción.” Job 33: 15, 16
Usa sabiamente el intervalo que precede al sueño. Asume la sensación del deseo
cumplido y duérmete en este ánimo. De noche, en un mundo dimensionalmente más
grande, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, ellos ven y desempeñan los
papeles que después desempeñarán en la tierra. Y el drama está siempre en armonía con
lo que sus yoes dimensionalmente más grandes leen y juegan a través de ellos. Nuestra
ilusión de libre voluntad no es sino ignorancia de las causas que nos hacen actuar.
La sensación que domina la mente del hombre cuando cae dormido, aunque falsa, se
materializará en hecho. Asumir la sensación del deseo cumplido cuando caemos
dormidos es la orden para este proceso de encarnación, diciendo a nuestro estado de
ánimo, “Sé efectivo”. De esta manera nos convertimos, a través de un proceso natural, en
lo que deseamos ser.
Puedo contarte docenas de experiencias personales donde parecía imposible ir a otra
parte pero, colocándome en otra parte mentalmente cuando estaba a punto de dormirme,
las circunstancias cambiaban rápidamente, lo que me obligaba a hacer el viaje. Lo he
hecho a través del agua colocándome de noche en mi cama como si estuviera durmiendo
armonía con esa asunción y todas las cosas que debían suceder para obligar a mi viaje
sucedían. Y yo, a pesar de mí mismo, debía estar preparado para ir a ese lugar en que
asumí que estaba cuando me acerqué a la profundidad del sueño.
Cuando mi nube asciende asumo que soy ya la persona que quiero ser, o que estoy ya en
el lugar que quiero visitar. Me duermo en ese lugar ahora. Entonces la vida desmonta el
tabernáculo, desmonta mi entorno y reacomoda mi entorno a través de los mares o sobre
la tierra y lo reacomoda a semejanza de mi asunción. Esto no tiene nada que ver con
hombres caminando a través de un desierto físico. Todo el vasto mundo alrededor tuyo es
un desierto.
Desde la cuna hasta la tumba tú y yo caminamos como si camináramos por el desierto.
Pero tenemos un tabernáculo donde Dios habita, y es cubierto con una nube que puede
ascender y de hecho lo hace cuando nos vamos a dormir o estamos en un estado
próximo al sueño. No necesariamente en dos días, puede ascender en dos minutos. ¿Por
qué te dieron dos días? Si yo ahora me convierto en la persona que quiero ser puedo
llegar a estar descontento mañana. Debería al menos darle un día antes de decidir seguir





















adelante.
 La Biblia dice en dos días, un mes o un año: cuando decidas seguir adelante con este
tabernáculo deja ascender la nube. Mientras asciende empiezas a moverte donde está la
nube. La nube es simplemente el ropaje de tu consciencia, tu asunción. Donde la
conciencia es colocada tú no tienes que llevar el cuerpo físico; éste gravita ahí a pesar de
tí. Las cosas suceden para obligarte a moverte en la dirección donde tú estás
conscientemente habitando.
“En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no fuera así, os lo hubiera dicho. Voy
a preparar un lugar para vosotros. Y si voy y preparo un lugar para vosotros, vendré de
nuevo, y os recibiré en mí; que donde yo estoy ahí vosotros podáis estar también.” Juan
14:2,3
Las muchas mansiones son los innumerables estados dentro de tu mente, pues tú eres la
casa de Dios. En la casa de mi Padre hay innumerables conceptos de uno mismo. No
podrías en una eternidad agotar lo que tú eres capaz de ser.
Si me siento tranquilamente aquí y asumo que estoy en otra parte, he ido y preparado un
lugar. Pero si abro los ojos, la bilocación que he creado se desvanece y estoy otra vez
aquí en la forma física que dejé detrás de mí cuando fui a preparar un lugar. Pero preparé
el lugar no obstante y con el tiempo habitaré físicamente ahí.
No tienes que preocuparte por las maneras y los medios que serán empleados para
llevarte a través del espacio a ese lugar donde has ido y mentalmente has preparado.
Simplemente siéntate tranquilamente, no importa dónde estés, y mentalmente efectúalo.
Pero te hago una advertencia, no lo intentes a la ligera, pues soy consciente de lo que le
pasará a la gente que lo intente a la ligera. Yo lo intenté a la ligera una vez porque yo
quería huir, basado sólo en la temperatura del día. Era pleno invierno en New York, y
estaba tan deseoso de estar en el clima cálido de las Indias que me dormí esa noche
como si durmiera bajo las palmeras. A la mañana siguiente cuando me desperté era aún
pleno invierno.
Yo no tenía intenciones de ir a la Indias ese año, pero llegaron penosas noticias que me
obligaron a hacer el viaje. Fue en medio de la guerra cuando los barcos estaban siendo
hundidos a derecha e izquierda, pero yo zarpé de New York en un barco 48 horas
después de recibir esas noticias. Era la única manera de que pudiera ir a Barbados, y
llegué justo a tiempo para ver a mi madre y decirle un “Adiós” tridimensional.
A pesar del hecho de no tener intenciones de ir, el Yo más profundo observó dónde la
gran nube descendió. Yo la coloqué en Barbados y este tabernáculo (mi cuerpo) tenía que
ir y hacer el viaje para cumplir la orden, “Dondequiera que la planta de tu pie pise te lo
daré.” Dondequiera que la nube descienda en el desierto, ahí reacomodas ese
tabernáculo.
tabernáculo.
Yo zarpé de New York a medianoche en un barco sin pensar en submarinos o ninguna
otra cosa. Tenía que ir. Las cosas sucedieron de una manera que yo no podía haber
planeado.
Te lo advierto, no lo intentes a la ligera. No digas, “Experimentaré y me pondré en
Labrador, sólo para ver si esto funcionará”. Irás a Labrador y luego te preguntarás por qué
una vez viniste a esta clase. Funcionará si te atreves a asumir la sensación de tu deseo
cumplido cuando te vas a dormir.
Controla tus estados de ánimo cuando te vas a dormir. No puedo encontrar una manera
mejor de describir esta técnica que llamarla un “sueño despierto controlado”. En un sueño
pierdes el control, pero intenta que preceda a tu sueño un sueño despierto completamente
controlado, entrando en él como lo haces en el sueño, pues en un sueño tú eres siempre
muy dominante, tú siempre desempeñas el papel. Tú eres siempre un actor en un sueño,
y nunca la audiencia. Cuando tienes un sueño despierto controlado tú eres un actor y
entras en el acto del sueño controlado. Pero no lo hagas a la ligera, porque luego debes
recrearlo físicamente en un mundo tridimensional.
Ahora antes de que entremos en nuestro momento de silencio hay algo que debo poner
muy claro, y es ese esfuerzo que discutimos la noche pasada. Si hay una razón en todo
este vasto mundo por la que la gente fracasa es porque son inconscientes de una ley
conocida hoy día por los psicólogos como la ley del esfuerzo inverso.
Cuando asumes la sensación de tu deseo cumplido es con un mínimo esfuerzo. Debes
controlar la dirección de los movimientos de tu atención. Pero debes hacerlo con el menor
esfuerzo. Si hay esfuerzo en el control, y estás obligándolo en una cierta dirección no vas
a obtener resultados. Obtendrás los resultados opuestos a los que podrían ser.
Por eso insistimos en establecer la base de la Biblia como Adán dormido. Ese es el primer
acto creativo, y no hay registro donde él fuera nunca despertado de ese profundo sueño.
Mientras el duerme la creación se detiene.
Tú cambias mejor tu futuro cuando controlas tus pensamientos mientras estás en un
estado próximo al sueño, pues entonces el esfuerzo es reducido a su mínimo. Tu atención
parece relajarse completamente, y entonces debes practicar mantener tu atención dentro
de esa sensación, sin usar la fuerza, y sin hacer esfuerzo.
No pienses por un momento que es el poder de la voluntad lo que lo hace. Cuando
sueltas a Barrabás y te identificas con Jesús, no quieres serlo tú mismo, te imaginas que
lo eres. Eso es todo lo que haces.
Ahora mientras llegamos a la parte vital de la tarde, el intervalo dedicado a la oración,
clarifiquemos otra vez la técnica. Sabe lo que tú quieres. Luego construye un solo evento,
un evento que implique el cumplimiento de tu deseo. Restringe el evento a un solo acto.
Por ejemplo, si singularizo como un evento dar la mano a una persona, entonces eso es
lo único que hago. No le doy la mano, luego enciendo un cigarrillo y hago otras mil cosas.
Simplemente imagino que efectivamente estoy dando la mano y sigo con el acto una y
otra y otra vez hasta que el acto imaginario tenga todo la sensación de realidad.
El evento debe siempre implicar el cumplimiento del deseo. Construye siempre un evento
que creas que naturalmente encontrarías tras el cumplimiento de tu deseo. Tú eres el juez
de qué evento realmente quieres realizar.
Hay otra técnica que os di la última noche. Si no puedes concentrarte en un acto, si no

 parte estuviera aquí, entonces haz esto: Reduce la idea, condénsala a una sola frase
simple como “¿No es maravilloso?” o “Gracias” o “Está hecho” o “Se acabó”.
No deberían ser más que tres palabras. Algo que implique que el deseo ya está realizado.
“¿No es maravilloso?” o “Gracias”, ciertamente implican eso. Estas no son todas las
frases que podrías usar. Saca de tu propio vocabulario la frase que mejor se te adapte.
Pero hazla muy, muy corta y siempre usa una frase que implique el cumplimiento de la
idea.
Cuando tengas tu frase en mente, levanta la nube. Deja ascender la nube simplemente
induciendo el estado que bordea el sueño. Simplemente empieza a imaginar y a sentir
que estás soñoliento, y en ese estado asume la sensación del deseo cumplido. Entonces
repite la frase una y otra vez como una nana. Cualquiera que sea la frase, que implique
que la asunción es cierta, que es concreta, que ya es un hecho y tú lo sabes.
Sólo relájate y entra en la sensación de efectivamente ser lo que quieres ser. Cuando
haces esto estás entrando en Jericó con tu espía que tiene el poder para darlo. Estás
soltando a Barrabás y sentenciando a Jesús a ser crucificado y resucitado. Todas esas
historias las estás recreando si ahora comienzas a dejarte llevar y entrar en la sensación
de efectivamente ser lo que quieres ser. Ahora podemos ir .....

PERIODO DE SILENCIO ........**************


Si tus manos están secas, y si tu boca está seca al final de esta meditación es una prueba
positiva de que conseguiste levantar la nube. Lo que estuvieras haciendo cuando la nube
fue levantada es asunto tuyo enteramente. Pero levantaste la nube si tus manos están
secas.
Te daré otro fenómeno que es muy extraño y que no puedo analizar. Ocurre si tú
realmente llegas a lo profundo. Encontrarás al despertar que tienes el par de riñones más
activo del mundo. He discutido esto con médicos y no han podido explicarlo.
Otra cosa que puedes observar en meditación es una encantadora luz azul líquida. Lo
más cercano a lo que puedo compararlo es a alcohol ardiendo. Tú sabes, cuando pones
alcohol en el pastel de Navidad y le prendes fuego, la encantadora llama líquida azul que

envuelve el pastel hasta que lo soplas. Esa llama es lo más cercano a la luz azul que
viene a la frente de una persona en meditación.
No te incomodes. Lo sabrás cuando la veas. Es como dos tonos de azul, uno más oscuro
y otro más claro en constante movimiento, exactamente igual que alcohol ardiendo, que
es diferente a la llama constante de un chorro de gas. Esta llama está viva, igual que si el
espíritu estuviera vivo.
Otra cosa que puede venirte como me pasó a mí. Verás manchas ante tus ojos. No son
manchas del hígado como alguna gente te dirá que no saben nada de esto. Son
pequeñas cosas que flotan en el espacio como una malla, pequeños círculos todos
pegados. Empiezan con una sola célula y vienen en grupos en diferentes patrones
geométricos, como gusanos, como estelas, y flotan por toda tu cara. Cuando cierras los
ojos aún las ves, probando que no son de afuera, son de dentro.
Cuando empiezas a expandir tu consciencia vienen todas esas cosas. Pueden ser tu
corriente sanguínea objetivada por algún extraño truco del hombre que el hombre no
comprende suficientemente. No niego que sea tu corriente sanguínea hecha visible, pero
no te angusties pensando que son manchas del hígado o alguna otra cosa tonta que la
gente te dirá.
Si te vienen esos distintos fenómenos no pienses que estás haciendo algo equivocado. Es
la natural y normal expansión que viene a todas las personas que se preocupan de ellas
mismas y tratan de desarrollar el jardín de Getsemaní.
En el momento en que empiezas a disciplinar tu mente observando y vigilando tus
pensamientos durante todo el día, te conviertes en el policía de tus pensamientos.
Rechaza entrar en conversaciones desagradables, rechaza oír atentamente todo lo que
destruya.
Comienza a construir dentro del ojo de tu propia mente la visión de la virgen perfecta en
vez de la visión de la virgen tonta. Escucha sólo las cosas que traen alegría cuando las
oyes. No prestes oídos voluntariamente a lo desagradable, que cuando lo has oído
deseas no haberlo hecho. Eso es escuchar y ver cosas sin aceite en tu lámpara, o alegría
en tu mente.
Hay dos tipos de vírgenes en la Biblia: cinco vírgenes tontas y cinco vírgenes sabias. En
el momento en que te conviertes en la virgen sabia, o tratas de hacer un intento para
hacerlo, descubrirás que suceden todas esas cosas. Verás estas cosas, y te interesarán
de modo que no tienes tiempo para desarrollar la visión tonta, como mucha gente hace.
Espero que nadie aquí lo haga. Porque nadie que se identifique con este gran trabajo
puede encontrar gran alegría aún en una discusión de otro que sea desagradable.
Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es LESSON 2 - ASSUMPTIONS HARDEN INTO FACT
(Neville Goddard 1948)